P=NP Proof

– The problem presented by the Clay Institute says:

“Suppose that you are organizing housing accommodations for a group of four hundred university students. Space is limited and only one hundred of the students will receive places in the dormitory. To complicate matters, the Dean has provided you with a list of pairs of incompatible students, and requested that no pair from this list appear in your final choice.”

– Remember that Cook-Levin theorem says, in essence, that some problems are easy to formulate but require so many computations that a machine capable of solving them cannot exist.

– We know that no student can be a pair of itself and it is excluded that all students have problems with everyone. Therefore, all students in the IS subset have at least one (or more students) with whom to form a compatible pair. If we use distinction (a set formation process) as a method of reduction and deduction, we will reach to the following conclusion:

– We will call Problematic (PS) the subset of students who belong to the subset of Incompatible pairs (IS) and Non-problematic (NPS) the subset of students who do not belong to the subset of Incompatible pairs (IS). Then, if I have x students en PS, then I have x students in NPS, and then, if it is necessary, I add students of IS in NPS for forming 50 pairs in CS. Then…

PS (NPS +PS +IS) CS (in pairs)
– If 100 → 300 → 0 → 0 → 50
– If 200 → 200 → 0 → 0 → 50
– If 300 → 100 → 0 → 0 → 50
– If 310 → 90 + 10 → 0→ 50
– If 320 → 80 + 20 → 0 → 50
– If 330 → 70 + 30 → 0 → 50
– If 340 → 60 + 40 → 0 → 50
– If 350 → 50 + 50 → 0 → 50
– If 351 → 49 + 49 + (1+1At least one) → 50
– If 352 → 48 + 48 + (2+2Alo) → 50
– If 353 → 47 + 47 + (3+3Alo) → 50
– If 354 → 46 + 46 + (4+4Alo) → 50
– If 355 → 45 + 45 + (5+5Alo) → 50
– If 356 → 44 + 44 + (6+6Alo) → 50
– If 357 → 43 + 43 + (7+7Alo) → 50
– If 358 → 42 + 42 + (8+8Alo) → 50
– If 359 → 41 + 41 + (9+9Alo) → 50
– If 360 → 40 + 40 + (10+10Alo) → 50
– If 370 → 30 + 30 + (20+20Alo) → 50
– If 380 → 20 + 20 + (30+30Alo) → 50
– If 390 → 10 + 10 + (40+40Alo) → 50
– If 400 → 0 + 0 + (50+50Alo) → 50

– The solution until 350 problematic students is easy. Only from 351 to 400 problematic students you have to select (in IS) successively (one by one) x number of students, with their respective at least one, to form 50 compatible pairs.



See A Universal Algorithm For A Hypothetical Machine Learning

P=NP-Proof


Published in: on abril 7, 2022 at 8:28 am  Deja un comentario  

ESPLENDOR DE LO INÚTIL

Las teorías de la evolución, de la historia socioeconómica no pueden explicar sobre una base adaptativa o utilitaria el surgimiento y el florecimiento en el cerebro homínido de, por ejemplo, la topología algebraica o la teoría de los números transfinitos. Apenas nos dicen nada acerca de la génesis de la música absoluta —es decir, de la música que no imita, siquiera indirectamente, sonidos y señales animales o naturales—. ¿Por qué se componen versos líricos o críticas de la razón pura? Responder que tales ejercicios especulativos (especulares) autónomos nos proporcionan placer es eludir la cuestión. Otros placeres, los del sexo, la comida, la riqueza, el poder, están mucho más a mano, son mucho más fáciles de obtener. Mucho antes y después de Empédocles o Arquímedes, hubo hombres que sacrificaron sus vidas en busca de una prueba matemática o un argumento metafísico. Una miseria personal, un ridículo, un aislamiento, una oscuridad inenarrables, por no hablar de la persecución por razones políticas o ideológicas, han acompañado en todo momento la producción del gran arte, de la gran literatura o de la investigación filosófica. Podemos ser culpables de idealizar nuestra visión de Spinoza, de Schubert o de Van Gogh, pero la prueba del sufrimiento y de la soledad continúa siendo abrumadora. En medio de la atrocidad y de la indiferencia de la historia, un puñado de hombres y mujeres ha estado creativamente poseído por el irresistible esplendor de lo inútil (el daímon socrático). En ello reside la eminente dignidad, la magnificencia de nuestra brutal especie. Puede que junto con los santos, religiosos o laicos, los matemáticos, los compositores, los poetas, los pintores, los lógicos o los epistemólogos (los que indagan sobre la indagación) salven en cierto sentido a la humanidad. Me cautiva la posibilidad de que el surgimiento, en nuestro medio mamífero, de Platón, de Gauss o de Mozart justifique, redima a la especie que ideó y realizó Auschwitz.

George Steiner, Errata. El examen de una vida. Ed. Siruela, 2009

Published in: on junio 15, 2019 at 3:06 am  Deja un comentario  

UNIVERSAL ALGORITHM

Key1

In 1936, Francis Scott Fitzgerald(1) wrote: “The test of a first-rate intelligence is the ability to hold two opposing ideas in mind at the same time and still retain the ability to function.”(Esquire Magazine, February 1936). The same year, Alan Turing laid the foundations of modern computing. Therefore, to achieve this intelligence, a computer (or machine learning) should pass “the Fitzgerald Test”. Let’s call to «the ability to hold two opposing ideas in mind at the same time», as the capability to select a distinction. If according Niklas Luhmann(2), following to George Spencer-Brown(3), the distinction begins a process of building complexity by reducing the complexity, and if “in machine learning the complexity is in the data”(4), then a universal algorithm should be able to perform this operation of reduction by establishing distinctions. I propose to call this algorithm, the GDSD Algorithm: Given Data Set Distinction, where “set” should be read as “establish”, as an order. It would have the power to apply across all fields of human knowledge.

 

Bibliography

(1) F. S. Fitzgerald, The Crack Up. New Directions, 2003.
(2)
Niklas Luhmann, Introduction To Systems Theory. Polity Press, 2013.
(3)
George Spencer-Brown, Laws Of Form. E. P. Dutton, 1979.
(4)
Pedro Domingos, The Master Algorithm. Basic Books, 2015.

Additional

Niklas Luhmann, La Ciencia De La Sociedad. Universidad Iberoamericana, 1996.

 

 

Héctor Corvalán, A Universal Algorithm For A Hypothetical Machine Learning

Published in: on junio 24, 2017 at 9:45 pm  Deja un comentario  

LA FORMA DE LA OBSERVACIÓN

Lechuza1

A todas luces, los cambios en las tecnologías de la comunicación no sirven para representar mejor este mundo que se ha vuelto espacio-temporalmente desagradable. La operación de comunicar, que reproduce la sociedad, sigue una evolución propia que no es atribuible a los cambios en la extensión de las dimensiones espacio-temporales del saber mundial que produce al mismo tiempo esta sociedad. La descripción del espacio y el tiempo puede seguir estos cambios si cambia por principio su instrumental de divisiones (del ser, del mundo) a distinciones (de un observador). De Aristóteles a Hegel, la tradición había intentado presentar el tiempo con la ayuda de la distinción entre ser y no ser, pero al hacerlo había topado precisamente con la unidad de esta distinción, con su paradoja. También la división del todo en partes fracasó por las peculiaridades del tiempo. Pero aún así había que saber qué era el tiempo para formular como paradoja la distinción entre ser y no ser, y hacer fracasar las divisiones del tiempo en el «no ser» del «ahora». Las salidas pasaban, como se sabe, por conceptos como movimiento, proceso, dialéctica, y ello con la conciencia de que estas denominaciones no sirven para registrar el tiempo mismo. (…) Si ante estas consecuencias visibles de una forma de ver que apostaba obstinadamente por la ontología sospechamos la «metà tà physika» en la observación, esto nos obliga a cambiar la forma de observación de la división a la distinción. Porque sólo así la observación podrá reflejarse a sí misma como operación. Esto quiere decir, entre otras cosas, que hay que renunciar a una descomposición categorial del mundo en las dimensiones dadas por ella; porque las categorías son, si nos mantenemos en el uso lingüístico de Aristóteles, divisiones del ser. Con ello también se vuelve cuestionable el concepto de visión, que sugiere que se pueden abarcar estas dimensiones como de un vistazo (aunque sólo fragmentariamente y no en su infinitud). En consecuencia, se podrá dejar a un lado la distinción finito/infinito. En vez de esto, en la distinción todo dependerá de cómo se trace una cesura que divida dos lados (precisamente la distinción). Como presente funcionará, entonces, aquella cesura que permita distinguir direcciones y distancias. La elección del corte que se ha de dar a la distinción será cosa de un observador. Si se quiere saber cómo se lleva a cabo, habrá que observar al observador. El lugar de lo que se afirma como visión lo ocupa la posibilidad de designar algo (a diferencia de otra cosa), es decir, un lugar a una distancia de…, un camino en dirección a…, un acontecimiento como, visto desde hoy (pero también desde un punto hoy pasado o futuro), pasado o futuro. El mundo no privilegia ninguna de estas cesuras. Para un observador, pueden ser útiles de distinta manera. Pero ya no se puede saber que y cómo el mundo se explica sobre espacio y tiempo. Sólo se puede observar que la elección de distinciones y denominaciones, presentes y puntos en el espacio tienen consecuencias para lo que se puede o no se puede observar desde ellos. En cualquier caso, espacio y tiempo solamente son medios para posibles distinciones, medios para posibles observaciones, pero por su parte son tan inobservables como el mundo en tanto que mundo.

 

Niklas Luhmann, Observaciones de la modernidad. Ed. Paidós, 1997.

Published in: on junio 9, 2016 at 10:21 pm  Deja un comentario  

EL ENGAÑO WITTGENSTEIN

WittgensteinLa ausencia de una crítica explícita del papel de Wittgenstein como profesor universitario constituye un indicio de que sus discípulos pasaron por alto las ambigüedades de su maestro, dándose por satisfechos con una lección a medias. Lo que se puede conseguir con una lección a medias lo dejan patente los trends dominantes durante más de cincuenta años en la reciente filosofía universitaria a este lado y al otro del Atlántico. En todas partes ha obtenido la supremacía el paradigma del deportista conceptual rebosante de agudeza y del epistemólogo prepotente que Wittgenstein ha coadyuvado a fundar mediante su personalidad académica, mientras que lo que más íntimamente importaba al pensador desaparecía casi por completo de la lista de temas de los seminarios de analítica. El propio Wittgenstein tiene que haberse percatado de que por esa vía del señalar salían a la luz cosas distintas a lo deseado por él. El ideal de la acción directa del modelo hacía ya mucho tiempo que había quedado colapsado, cuando, en 1947, anota: «La manera más fácil de que yo consiga aún una repercusión sería el que escriban, estimulados por mí, una gran cantidad de basura & que ésta aporte quizás alguna sugerencia con vistas a algo bueno.»

En vano se buscará en la historia de la filosofía un ejemplo parecido de que un pensador prevea con tanta precisión su influjo. La frase citada resume igualmente la catástrofe intelectual de la segunda mitad del siglo XX. La «basura» que Wittgenstein sabe que más pronto o más tarde provocará no es otra cosa que la «porquería» que él, con su posterior teoría oficial, la doctrina pseudoneutral de los juegos del lenguaje, iba a propiciar. La tardía ambigüedad de Wittgenstein no sólo expresa ciertamente un complejo privado. Testimonia también una perplejidad objetiva, que no fue capaz de superar. Para él, superviviente de aquel mundo de los últimos tiempos del Imperio de los Habsburgo, los relojes habían quedado parados en el mes de noviembre de 1918, y durante el resto de su vida ya no se siguieron moviendo. Hasta esa fecha, como los otros protagonistas de la Wiener Moderne, se había adelantado a su tiempo, integrado en la comunidad de problemas, de carácter ascético y formal, de todos aquellos que se movilizaron para la gran reforma. Tras el colapso del mundo austríaco perdió toda conexión con los temas de actualidad y navegó en un ámbito de problemas sin fecha ni destinatario (…) La suma de lo que Wittgenstein llevó a cabo en sus años británicos, desde 1929 a 1951, constituye un testimonio trágico de la detención, provocada por la guerra, de la reformatio mundi de Kakania.

Desde la amputación de su mundo, Austria sería un país sin realidad y la filosofía reimportada de Wittgenstein la mentira de su vida. El cambio de Wittgenstein desde la última Austria de los Habsburgo a una especie de cristianismo de diseño a lo Tolstoi podía simbolizar, antes de 1918, lo inaccesible de una reforma radical, cosa intuida por los mejores. Después de 1918 tal opción seguía constituyendo una parte del fracaso casi universal ante la tarea de formular las reglas para la vida en un mundo posdinástico. Si Wittgenstein hubiese creído ya entonces que la cultura es como el reglamento de una Orden, a la vista de la miseria de la época habría intentado confeccionar un reglamento de ese tipo o cooperar en su redacción, aunque sólo fuera en la poco elegante forma de un programa de partido o de un concepto de educación para generaciones posfeudales.  Pero prefirió apartarse al mundo, ya superado, de las escuelas rurales austríacas, como un narodnik que se hubiese perdido en ese siglo. Posteriormente con sus análisis filosóficos contribuyó a popularizar el modo austríaco de evadirse de la realidad dando un rodeo por Gran Bretaña. La mentira de los juegos del lenguaje iniciaba su carrera triunfal por los seminarios del mundo occidental, sin que nadie advirtiese en qué se basaba el engaño. Era como si los mercados de bricolage americanos debieran distribuir exclusivamente productos de un formalismo aristocrático a lo Loos, sin considerar que los mercados de bricolage sólo ofrecen, inevitablemente, lo habitual de los mercados de bricolage. Con su forma de quedarse detenido en 1918 Wittgenstein ha coadyuvado a fundamentar ideológicamente el marasmo espiritual del mundo inglés después de 1945: hacia fuera, la aparente equivalencia de todas las formas de vida, una fitness analítica y un liberal anything goes; por dentro, nostalgia de los verdes valles de la estulticia y de los sentimientos jerárquicos de una élite de tiempos pasados.

 

Peter Sloterdijk, Has de cambiar tu vida. Ed. Pre-Textos, 2012.

Published in: on febrero 19, 2015 at 3:06 am  Deja un comentario  

GOBIERNO ABIERTO

El razonamiento implícito en la noción de gobierno abierto parte de considerar que: 1) la tecnología disponible permite una fluida comunicación e interacción de doble vía entre gobierno y ciudadanía; 2) el gobierno debe abrir esos canales de diálogo e interacción con los ciudadanos, para aprovechar su potencial contribución en el proceso decisorio sobre opciones de políticas, en la coproducción de bienes y servicios públicos y en el monitoreo, control y evaluación de su gestión, y 3) la ciudadanía debe aprovechar la apertura de esos nuevos canales participativos, involucrándose activamente en el desempeño de esos diferentes roles (como decisor político, productor y contralor). Hasta aquí el argumento y el razonamiento parecen impecables. Sin embargo, más allá de algunas experiencias aisladas relativamente exitosas que podrían abrigar expectativas de una rápida difusión de esta nueva forma de gobernar, los supuestos de los que parten los propulsores del gobierno abierto no se sostienen en la realidad. No pongo en duda que los avances tecnológicos han sido, históricamente, una fuente importante de cambio cultural. Pero la condición básica para que la tecnología incida sobre la cultura es que exista voluntad política para difundir e imponer sus aplicaciones, con todas las consecuencias que ello implica. Esta afirmación merece una aclaración. La mayoría de las aplicaciones tecnológicas son rápidamente adoptadas por el mercado y los usuarios, sin necesidad de someterlos a compulsión alguna. Pero en el caso que nos ocupa, estamos hablando de abrir la caja negra del Estado y de instar a los funcionarios a que escuchen a los ciudadanos, respondan a sus propuestas, los acepten como coproductores y admitan que deben rendirles cuenta, además de responder a sus críticas y observaciones. Se trata de nuevas reglas de juego en la relación gobierno-ciudadanía. Y si bien podemos aceptar, provisoriamente, que la tecnología permitiría esa interacción, también debemos admitir que para que los funcionarios políticos y los administradores permanentes se muestren dispuestos a funcionar bajo estas nuevas reglas, hace falta una enorme dosis de voluntad política desde el más alto nivel gubernamental para imponerlas. Un grado de determinación que rompa con estructuras y mecanismos decisorios ancestrales, que por muy distintas razones pocos estarían dispuestos a modificar. Pero además, del lado de la ciudadanía, la filosofía del gobierno abierto supone que una vez abiertos los canales, los ciudadanos estarán prontamente dispuestos a participar y ejercer los roles que potencialmente se les atribuye y reconoce discursivamente. ¿Es posible imaginar esta recreación del ágora ateniense, en un espacio ahora virtual? ¿O, como ocurría en la antigua Grecia, sólo un pequeño grupo de sofisticados oradores y demagogos entablarían un diálogo para discutir y decidir el futuro político de la polis? Lo que pretendo destacar es: 1) que como bien lo ha destacado Amartya Sen, no es concebible la participación de la sociedad civil en el diseño, puesta en marcha y evaluación de las políticas estatales, a menos que esta haya sido empoderada; 2) que el empoderamiento implica que el ciudadano conoce sus derechos individuales y los colectivos, la forma en que se puede obtener la garantía de su ejercicio y la capacidad de análisis de la información pertinente, así como su capacidad de agencia, o sea, de ser o hacer aquello que se tiene razones para valorar, y 3) que aun empoderado, el ciudadano valora la participación política y tiene la voluntad de ejercerla. Estos supuestos, del lado de la sociedad civil, negarían de hecho las profundas desigualdades económicas, sociales, educativas y culturales de la población, la brecha digital existente entre clases sociales, la distinta capacidad de agencia de la ciudadanía, el alto grado de desafección política que exhiben muchas sociedades y la natural tendencia al free riding de la mayoría de los ciudadanos, que no poseen esclavos que les dejen tiempo libre para acudir, a deliberar, a la plaza virtual. En definitiva, la tecnología puede producir cambio cultural en presencia de voluntad política, que debería existir tanto desde el Estado como desde la sociedad civil. Por lo tanto, si al menos desde el Estado la voluntad política se ejerciera en todos los planos necesarios como para eliminar o reducir las distintas asimetrías y resistencias comentadas, es posible que una acción sistemática y perseverante del máximo nivel político podría llegar a generar los incentivos necesarios como para que esa nueva filosofía penetre y se instale con habitualidad en las prácticas ciudadanas, de modo que la cultura reflejada en esas prácticas llegue a modificarse.

 

Oscar Oszlak, Gobierno Abierto: promesas y desafíos. Voces en el Fénix, 2012

Published in: on octubre 25, 2012 at 11:52 pm  Deja un comentario  

LARGA VIDA

Las expectativas siempre dan forma a las acciones. Los planes de las instituciones y los personales reflejan nuestra expectativa de que todos los adultos que ahora viven morirán en una pocas décadas. Considérese cómo esta creencia inflama el ansia de obtener cosas, de ignorar el futuro en busca de un placer pasajero. Considérese cómo nos ciega al futuro y oscurece los beneficios a largo plazo de la cooperación. Erich Fromm escribe: «Si el individuo viviese quinientos o mil años, este conflicto (entre sus intereses y los de la sociedad) podría no existir o por lo menos podría atenuarse considerablemente. Podría entonces vivir y cosechar con alegría lo que sembró con pena; el sufrimiento de un período histórico, que dará frutos en el siguiente, podría también beneficiarlo a él».  Si la mayor parte de la gente seguirá viviendo o no para el presente es irrelevante: la pregunta es, ¿podría haber un cambio significativo para mejor?. Las expectativas de vivir una larga vida en un futuro mejor bien podrían hacer que algunas enfermedades políticas fuesen menos mortales. Los conflictos humanos son demasiado profundos y fuertes como para ser eliminados por cualquier cambio simple, pero la perspectiva de una vasta riqueza en el mañana podría por lo menos disminuir el impulso de pelear por migajas en el presente. El problema del conflicto es grande, y necesitamos toda la ayuda que podamos conseguir. La perspectiva del deterioro personal y la muerte siempre ha hecho que los pensamientos acerca del futuro fueran menos placenteros. Visiones de contaminación, pobreza y aniquilación nuclear, recientemente han hecho que los pensamientos acerca del futuro fueran demasiado difíciles de soportar. Pero con la esperanza de un futuro mejor y tiempo para disfrutarlo, podremos mirar hacia adelante mejor predispuestos. Mirando hacia adelante, veremos más. Teniendo una apuesta personal, nos preocuparemos más. Mayor esperanza y previsión beneficiarán el presente y la posteridad; incluso mejorarán nuestras posibilidades de  supervivencia. Vidas prolongadas significará más gente, pero sin que ello empeore mucho el problema demográfico del mañana. La expectativa de vidas más largas en un mundo mejor traerá aparejados beneficios reales, al estimular a la gente a pensar más en el futuro. En síntesis, una vida larga y su anticipación parecen ser buenas para la sociedad, así como el acortamiento del tiempo de vida a treinta años sería malo. Muchas personas quieren vidas largas y saludables para sí mismas. ¿Cuáles son las perspectivas para la generación actual?

ERIC DREXLER, La nanotecnología. El surgimiento de las máquinas de creación. Ed. Gedisa, 1993.

Published in: on abril 15, 2009 at 2:37 am  Deja un comentario  

CRIÓNICA

Una de las leyendas urbanas más difundidas vinculadas a la criopreservación es la que relata que el cadáver de Walt Disney fue congelado a fines de 1966 con la finalidad de resucitarlo cuando la ciencia hubiera avanzado lo suficiente como para que esto fuera posible. Si bien hay amplias evidencias que descartan que el creador del imperio Disney se encuentre congelado en una cámara criogénica ubicada en algún lugar desconocido, no cabe duda de que el suceso ha servido para difundir las bases de la criónica (…) El objetivo de la criónica es preservar la vida de seres humanos enfermos en estado de latencia con la esperanza de que en el futuro la ciencia médica pueda curarlos. Un protocolo clínico de la criónica sería: 1- seleccione N sujetos; 2- presérvelos; 3- espere 100 años; 4- vea si la tecnología del siglo XXII puede revivirlos… La etapa 1 no es de aplicación simple a seres humanos. Las leyes actuales requieren que la suspensión criónica comience después de la muerte legal; es decir, algunos minutos después de que el corazón haya dejado de latir. La hipótesis fundamental de la criónica es que la muerte no es un evento sino un proceso que puede revertirse si es interceptado a tiempo. Para la criónica, nadie está muerto hasta que su cerebro esté destruido y esto puede ser evitado mediante bajas temperaturas. La criónica postula, entonces, que la vida puede ser detenida y recomenzada y no considera que su finalidad sea preservar gente muerta, sino gente inconsciente. La primera descripción de la criónica fue la de Robert Ettinger en 1964 en su libro The Prospect of Inmortality. En 1972 se fundó en Arizona (EE.UU), la Alcor Extension of Life Foundation, institución líder en investigación y desarrollo de tecnología criónica. Recientemente investigaciones de Alcor concluyen que es posible con procedimientos ya disponibles preservar por vitrificación el cerebro, e informaron que habían logrado que perros y gatos recobraran su actividad cerebral luego de 16 a 60 minutos de privación total de oxígeno. Para los autores, la detención del tiempo biológico estableciendo un puente hacia una ingeniería del envejecimiento ya es consistente con el conocimiento científico y médico actual.

Roberto Corti, Criopreservación… ¿y después?. Revista Ciencia Hoy, dic. 2005-ene.2006.

Published in: on marzo 19, 2009 at 2:17 am  Comments (1)  

LA SOCIEDAD HIPERPOLÍTICA

Mientras los escenarios de la cultura se atarean positivamente en la nueva inestabilidad, saludan al caos y celebran las inconsecuencias, desde hace pocos años, a partir de círculos ecológicos y ampliada luego por los económicos, se está imponiendo una discusión de nuevo cuño sobre el desarrollo sosteniblesustainability-. Poco a poco se comprende que la actual way of life y el largo plazo son, estrictamente, dos magnitudes que se excluyen mutuamente. El debate, auspiciado por los economistas-ecologistas, prueba que la inteligencia dominante ha llegado tarde, por detrás del rasgo fundamental más peligroso del industrialismo: se admite, todavía con una cuidadosa dosificación, que se sabe que el entero sistema está enraizado en la ideología de una productividad no reproductiva -lo que viene a ser una variante económica del diagnóstico de nihilismo. El proceso industrial a gran escala destruye más «reservas» humanas y naturales de las que él mismo puede producir y regenerar. En esa medida resulta ser tan autopoiético como un cáncer, tan creador como un fuego de artificio, tan productivo como una plantación de drogas. Lo que hace más de doscientos años fuera celebrado casi sin discusión como productividad humana, se hace crecientemente visible en su carácter destructivo y creador de adicción. A través de una entera secuencia de cambios generacionales, generaciones de jóvenes más sensibles, más dadas al consumo, más desvalorizadas han sucedido a generaciones mayores que ellas, relativamente conservadoras, relativamente ahorradoras, relativamente más pobres en vivencias. Ésta es una secuencia cuyo comienzo puede fijarse en la juventud de la Revolución francesa, a lo más tardar en la juventud de 1870 y en las vitalistas rebeliones contra los mundos de los padres burgueses. Lo que llama la atención por primera vez en el caso del último de los seres humanos -el solitario sin retorno-, se pone continuamente de manifiesto en artículos de consumo no retornables, en materias primas no retornables, en especies animales no retornables y finalmente en biotopos y atmósferas no retornables. A la vista de cosas que se agotan o de naturalezas terminales, los últimos seres humanos no son capaces de sacar sus propias conclusiones. De ahí que la hiperpolítica -sea lo que quiera que sea- es la primera política para los últimos hombres. En la medida en que organiza la capacidad de convivir de los últimos, tiene que hacer una apuesta con muchas pretensiones, para la que no hay precedentes; se enfrenta a la tarea de hacer, a partir de la masa de los últimos, una sociedad de individuos que, en adelante, tomen sobre sí el ser mediadores entre sus ancestros y sus descendientes. La sociedad hiperpolítica es una sociedad de apuestas, que en el futuro jugará también a mejorar el mundo; lo que tiene que aprender es un procedimiento para obtener sus ganancias de modo que, después de ella, también puedan darse ganadores. Esto presupone que la hiperpolítica será la continuación de la paleopolítica por otros medios. Pues tampoco en una sociedad de últimos hombres puede olvidarse la más antigua de las artes, la repetición de los hombres por obra de los hombres. El libro sobre esto, lo más grande de lo grande, aún no se ha escrito. Si un día encontrara su autor, su título podría ser éste: «La horda abierta y sus enemigos». Su tema sería el favorecimiento de los hombres por obra de los hombres, y contaría la historia de nuestra Species como una aventura de mecenazgo.

 

PETER SLOTERDIJK, En el mismo barco. Ensayo sobre la hiperpolítica. Ed. Siruela, 1994.

Published in: on octubre 5, 2008 at 10:43 pm  Deja un comentario  

SOCIEDADES FUTURAS

Inca1Hay algo de lo que hoy se puede estar seguro: la evolución siempre ha actuado en gran medida de forma autodestructiva. A corto y a largo plazo. Poco de lo que ha creado se ha conservado. Esto vale para la mayoría de los seres vivos que existieron un día. Del mismo modo, casi todas las culturas que han determinado la vida humana han desaparecido. El sentido que tuvieron para los que vivieron en ellas apenas es comprensible aún, a pesar de todo el refinamiento en la valoración arqueológico-antropocultural-científico-espiritual de que hoy disponemos. Las mentalidades que un día fueron actuales ya no lo son para nosotros, o en todo caso sólo son comprensibles a través de ficciones altamente artificiales. Sólo nos es posible una relación cuasiturística con esas culturas pasadas. A las obviedades y formas culturales, al «mundo de la vida» de nuestra sociedad le pasará lo mismo. Nadie puede dudar seriamente de ello. No hay que excluir, incluso mirándolo con atención es probable, que los hombres desaparezcan como seres vivos. Quizá se sustituyan a sí mismos por seres vivos humanoides genéticamente superiores. Quizá diezmen o extingan su especie mediante catástrofes autoproducidas. O destruyan de tal modo los auxiliares técnicos que nos son habituales que sólo sigan siendo posibles formas muy elementales de supervivencia. Como siempre, en todo caso las futuras sociedades, si es que las hay sobre la base de comunicación con sentido, vivirán en otro mundo, basado en otras perspectivas y otras preferencias, y en todo caso se asombrarán ante nuestras preocupaciones y nuestros hobbys como ante rarezas con un limitado valor de entretenimiento, si es que quedan rastros de ellas y competencia para leer esos rastros. Semejante futuro nos parece inaceptable, un escenario de horror que sólo podemos disfrutar en forma de ficción porque suponemos que no se dará. Quien contempla lo venidero sin signos de espanto es rechazado por cínico. En la comunicación, esta perspectiva actúa como si hubiera sido inventada para irritar a los otros y para disfrutar con su irritación. El que se tira de la torre Eiffel no puede disfrutar realmente de la caída, porque sabe cómo terminará.

 

NIKLAS LUHMANN, Observaciones de la modernidad. Ed. Paidós, 1997.

Published in: on May 10, 2008 at 10:27 am  Comments (1)